apartamento costa , barcelona
El piso a reformar ocupa la última planta de un edificio de mediados del siglo XIX, de composición clasicista, con pilastras, capiteles jónicos y decoraciones escultóricas en los dinteles y las ménsulas, en el corazón del barrio gótico de Barcelona. Tiene una superficie de 61,34 m2 y una configuración en planta muy característica del tipo residencial ensayado en la ciudad en esa época.
Se accede a ella a través de una escalera situada en el centro de la finca que divide la residencia en dos mitades, con las piezas de día en la parte posterior y las de noche en la parte anterior, conectadas por un largo pasillo junto al muro medianero.
La estructura es de muros de carga y viguetas de madera, con suelos resueltos con diversos materiales que revelan las sucesivas transformaciones introducidas a lo largo del tiempo. No presenta patologías particulares, pero sí un estado de conservación escaso que recomienda reforzar el forjado con una capa de reparto que permita la nueva distribución de los espacios.
Ésta mantendrá la situación de los elementos sanitarios básicos y situará la nueva cocina a su lado, en la parte con menos luz, concebida como un elemento lineal parcialmente incorporable al comedor-sala de trabajo, la cual ocupa la parte principal de la pieza que da al patio interior, a través del que se beneficia del asoleamiento y las vistas.
El espacio que actualmente ocupan el pasillo, el distribuidor delante del lavabo y el recibidor es substituido por un elemento lineal de planta doblemente trapezoidal. Este nuevo corredor resuelve el acceso a la vivienda, da entrada al nuevo baño y a las piezas principales de los extremos y aloja un armario de uso general y la estantería para los libros. Se enriquece de esta manera el único espacio interior del piso y se lo dota de una complejidad superior a la de simple elemento de circulación. En el extremo de este pasillo se localiza la sala de estar, dando frente a la esquina de las calles entre las cuales se encuentra el edificio. Contiguo a él se encuentra el dormitorio.
La nueva distribución aprovecha al máximo las reducidas dimensiones de la vivienda, sacando partido del programa prefijado. A dicho fin, las relaciones entre las diversas piezas se plantean de manera que siempre se disfrute visualmente de un espacio mayor del que realmente se utiliza.
A esta unidad de percepción visual contribuye también el hecho que toda la vivienda utiliza el DM barnizado como pavimento y que la pared medianera está revestida con el mismo material. El resto de divisiones verticales se configura con elementos de mobiliario con paneles de vidrio transparente que permiten la relación visual entre las partes.