casa llorach, reus
La casa Llorach se sitúa en el polígono Mas Abelló, dentro del término municipal de Reus (Tarragona, España), y forma parte de una serie de viviendas en hilera construidas a partir de la segunda mitad de los años 80.
Se inscribe dentro de una parcela de 76 m² de superficie, con una fachada de 8 metros y una profundidad de 22. El terreno es sensiblemente horizontal y está orientado hacia el E-SE por su parte posterior y hacia el N-No por su parte anterior.
Las ordenanzas municipales obligan a destinar los diez metros posteriores de la finca a jardín privado. En su parte anterior, un 50 % en anchura de los dos primeros metros de profundidad pueden ser ocupados en planta baja por el garaje; el resto puede ser abierto. La vivienda debe, por tanto, ocupar los 10 m que quedan entre ambas franjas y puede llegar a una altura de 6 m.
Entre la máxima superfície construible por aplicación de las ordenanzas y la máxima superfície que puede acojerse a la normativa de protecci`ón oficial hay una diferencia que resulta el primer desafío al cual el proyecto deberá hacer frente. Como veremos esta discrepancia se resuelve mediante la creación de un espacio a doble altura.
El objetivo de toda la propuesta es optimizar los recursos disponibles y favorecer el uso flexible de los espacios que se construyen. Se trata de que una construcción relativamente pequeña se articule de tal manera que el disfrute del espacio transcienda el ámbito estricto donde en un momento dado se ubican los usuarios.
En la Planta Baja se disponen los espacios de día (cocina, comedor y estar) así como el garaje. A ellos se añade una habitación para invitados que se situa justo al lado del acceso para dotarla de mayor independencia. Este espacio, que, de hecho, no va a ser utilizado para este fin durante la mayor parte del tiempo, se separa del acceso mediante unas puertas correderas que permiten su incorporación al resto de la Planta Baja y su disfrute con mayor flexibilidad.
Justo después de traspasado el umbral de acceso aparece el espacio donde se hallan el comedor y la sala de estar. El primero dispone de un techo a la mínima altura permitida por las ordenanzas (2.50 m) mientras que el segundo se levanta a doble altura y articula el resto de la vivienda entorno a él.
En paralelo al eje que se establece entre estos espacios se dispone otro eje que podemos denominar de servicio. Éste conduce desde el garaje al office y de aquí a la cocina configurando una zona separada de la zona noble por una pared que apoya un pequeño lavabo y la escalera de acceso a la Planta Primera. El contacto entre la zona de servicio y la zona noble se realiza por los dos extremos de esta pared.
Mientras se accede al primer piso a través de la escalera mencionada se recorre el doble espacio que se ha creado en la zona de estar y se materializa el contacto entro los principales espacios de la casa.
La llegada a la Primera Planta permite optar entre dirigirse a la sala de trabajo -la cual se concibe como un espacio diáfano que, mediante unas puertas plegables, permite su incorporación al doble espacio o su separación de él-, o acceder a la zona de dormitorios que se dispone sobre el área de servicio de la Planta Baja.
Las relaciones visuales que se producen a lo largo de todo el recorrido de la casa suponen una experiencia enriquecedora que permite a los espacios trascender su verdadera dimensión. La luz, el contacto con el jardín exterior -hacia el cual la casa se aboca-, la transparencia, suponen un valor añadido a un programa que, de otro modo, podría resultar totalmente estándar.