El nuevo museo Texture recupera, al mismo tiempo, un antiguo edificio fabril y la memoria de la industria del lino en torno a la cual giró durante mucho tiempo la actividad económica de Overleie. Situado en una de las vías perimetrales del barrio, cerca del río y de uno de los nuevos puentes que se han construido, constituye uno de los nuevos equipamientos de ciudad destinados a redefinir el rol del barrio en el mapa de Kortrijk.

Entre él y el rio se encuentra un espacio vacío en desnivel, utilizado sobretodo como aparcamiento. A su lado, un conjunto de construcciones se encuentran en proceso de transformación para dar lugar a nuevos edificios residenciales.

Redefinir la manera en que estas piezas se relacionan y el papel del espacio público en relación al museo, a las nuevas viviendas y al barrio, constituyen el objetivo de la propuesta.

Los trabajos de construcción del puente comportaron la creación de unos espacios escalonados entre las orillas del rio y la explanada delante del edificio destinado a museo. Lamentablemente, la topografía que éstos generan impide hoy una relación visual clara entre ambas zonas.

Parece conveniente recuperar esta relación, tanto para establecer un hilo conceptual entre el contenido del museo y el río que esta en la base de la economía entorno a la cual gira, como para el propio confort de los usuarios del espacio público y su sensación de apertura.

El nuevo espacio público se configura en dos partes: una explanada pavimentada delante del museo y un espacio vegetal entre esta explanada y el río.

La parte pavimentada esta claramente destinada a dar soporte a los flujos de personas que acceden al museo. La parte vegetal pretender ser un espacio flexible donde, en función de las épocas del año y del programa del equipamiento, puedan tener lugar diversos tipos de actividades. Se organiza a través de unas plataformas de madera que se pueden equipar de manera variable y que se articulan a través del paso pavimentado a los pies de los nuevos edificios residenciales.