blekerij, kortrijk
La revitalización del entorno del río Leie a su paso por Kortrijk ha atraído la atención a terrenos como el de Blekerij, donde antiguas fábricas y almacenes –a menudo infrautilizados o necesitados de una fuerte reinversión- se constituyen en territorios potenciales para el desarrollo urbano. Este solar se encuentra, además, al lado del cinturón intraurbano de circunvalación -lo que le dota de una accesibilidad inmejorable desde la corona periurbana- y dentro del previsto anillo verde de la ciudad -lo cual obliga a ser particularmente cuidadoso en el momento de plantear su transformación.
Se prevé un desarrollo que permita la construcción de un total de 30.000 m², 6.000 destinados a usos comerciales, 3.000 a oficinas y 21.000 a programa residencial, éste último con una mezcla de tipologías que vayan desde las viviendas en planta baja y piso a los apartamentos, y que prevean el porcentaje legalmente obligatorio de viviendas sociales.
Este desarrollo debe articularse, además, con el frente del río ya construido en el tramo central de la ciudad así como permitir una generosa conexión de éste con los terrenos situados al otro lado de la calle Meesesteenweg que prefigure un nuevo eje verde en el sector occidental de Kortrijk. La parte del solar inmediata al río disfruta de indudables valores paisajísticos que conviene preservar.
La zona comercial se sitúa a lo largo del cinturón, sobre un zócalo donde se encuentra el aparcamiento, formando una pieza de geometría clara encima de la cual están las oficinas. Esta disposición facilita el acceso desde la periferia a estos usos públicos, los dota de visibilidad y, al mismo tiempo, establece una relación de escala adecuada con el entorno. En el extremo sur del conjunto, haciendo frente al río, se sitúa la torre de apartamentos.
La zona residencial se encuentra en el interior del solar, protegida del ruido y las vistas desde el cinturón por los comercios y oficinas. Adopta una disposición de viviendas en hilera, orientadas a sur, la altura de las cuales crece a medida que se alejan del río hasta dar lugar a un conjunto de apartamentos a lo largo de la calle Meensesteenweg.
Tanto una pieza como la otra parten de una modulación común que articula una serie de espacios libres que jerarquizan las relaciones. Entre la zona comercial y la residencial, el espacio libre adquiere valores de espacio público general donde es posible disfrutar de una gran terraza orientada hacia el río y hacia el sol. En el interior de la zona residencial, los espacios libres adquieren valores de espacio colectivo en los que plantear relaciones a la escala de la comunidad que los comparte.