barrio europeo, brussel·les
El proyecto urbano para el bario europeo de Bruselas, encargado por la Cancillería del Primer Ministro y el Gabinete del Ministro Presidente de la Región Bruselas-Capital, tiene como misión desarrollar un concepto urbanístico global para el barrio que permita desarrollar un nuevo equilibrio entre las diferentes funciones y los diferentes actores establecidos en la zona. La diversidad de usos y actividades se entiende como el mecanismo para reforzar la integración con el resto del territorio de un barrio hoy casi enteramente sometido a las instituciones europeas.
Este proyecto urbano no es pues ni una figura de planeamiento que reformule los parámetros básicos para la utilización del suelo, ni un proyecto cerrado de arquitectura que plantee una imagen definitiva para el enclave. Es un programa de actuación que identifica los temas que tienen que ser de objeto de reflexión y propone acciones específicas que permitan poner en marcha el concepto urbanístico global.
El barrio europeo es hoy un territorio de paradojas. Si bien es reconocido como uno de los desafíos más importantes de la región de Bruselas, no hay ninguna visión de conjunto que permita articular su totalidad. Tiene una imagen global poco valiosa, aun con la fuerte presencia de las grandes instituciones europeas. Esta sobrecargado de redes de comunicaciones pero escasea en ligaduras espaciales entre sus diferentes partes. Dispone de espacios verdes de talla considerable pero de accesibilidad difícil a causa de obstáculos infraestructurales o morfológicos. Atrae a un número significativo de ciudadanos europeos pero dispone de pocos espacios simbólicos donde éstos se puedan reconocer. Y, aunque dispone de equipamientos locales ricos en patrimonio, no explota el potencial que éstos ofrecen.
Es un territorio fragmentado, tanto por lo que hace a la lógica espacial como a los niveles de decisión que sobre él operan; donde la Vallée du Maelbeek actúa como eje divisorio que separa la Place du Luxemburg y el Parc Léopold, donde se implanta el Parlamento europeo, del Rond-point Schuman, donde se encuentra la Comisión y el Consejo de Ministros. Es un barrio aislado, que participa poco de la estructura espacial y funcional que caracterizan la dinámica urbana de Bruselas, donde los límites de carácter infraestructural, morfológico o topográfico definen piezas independientes que establecen una relación de contraposición entre sí. Y es un territorio donde emergen dos subterritorios claros: el barrio Léopold, tejido urbano compacto organizado a través de una malla ortogonal, y el valle, caracterizado por una lógica de implantación abierta hecha de inmuebles y complejos de gran talla.
Delante de esta realidad compleja, el objetivo central del proyecto es la recalificación del barrio europeo a través de la formalización de una identidad positiva del valle y del refuerzo del anclaje territorial del barrio en el contexto urbano de Bruselas. Tres principios se convierten en rectores de la actuación: la polaridad, entendida como una multiplicación de centralidades que den lugar a una red reequilibradora; la diversidad, concebida como un principio de complementariedad que garantiza la sostenibilidad; y la intensidad, como principio que permita desarrollar el barrio según dimensiones sensibles que varíen en función del lugar y del tiempo.
Este cuerpo conceptual se materializa en una hipótesis espacial que articula el valle y el barrio Léopold, por un lado, y el barrio europeo en su conjunto y los barrios limítrofes.
A través de una serie de “cuadernos”
(Vida urbana, Diversidad, Instituciones europeas, Espacios públicos, Movilidad, Seguridad) el proyecto identifica aquellos aspectos del barrio que tienen que ser objetos de reconsideración, analiza los problemas
que existen, define los objetivos sectoriales a satisfacer y propone las acciones a emprender (físicas, sociales, culturales, jurídicas, fiscales o técnicas) así como el termino para su realización en función de
las prioridades y de las consecuencias que las unas pueden tener para las otras. Un último cuaderno (Puesta en obre), define los mecanismos organizativos, políticos y técnicos para llevar a cabo el proyecto.